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Un entrenador es la persona encargada de preparar tanto física como técnica y psicológicamente a los jugadores durante toda una temporada para que luego puedan dar lo máximo de sí en los partidos. El entrenador sirve como un gran apoyo a los deportistas, pero además tiene la función de elegir las estrategias que sus jugadores tendrán que desarrollar con el fin de sacar lo mejor de cada uno y conseguir contrarrestar al rival.
Para que el entrenador pueda llevar a cabo sus funciones con las máximas comodidades, en Stadior encontrarás una gran variedad de material de entrenamiento para técnicos deportivos de las principales disciplinas.
Carpetas y pizarras tácticas con las que tener anotados todos los detalles de los entrenamientos y partidos y así poder hacer un seguimiento de jugadas y jugadores, láminas y pizarras para organizar los partidos, etc. Botellas y botelleros de distintos materiales y características y capacidades para que tus jugadores estén hidratados durante todo el partido. Cronómetros para tener el tiempo siempre bajo control. Material de primeros auxilios para poder actuar si hay algún incidente durante el entrenamiento. Conos y vallas para delimitar zonas de juego, barreras de siluetas para entrenar a tus jugadores, material para realizar ejercicios de agilidad, banderines…
En definitiva, todo el material y complementos que pueden hacer falta a un entrenador para su tarea diaria y poder entrenar a sus jugadores sacándoles el máximo rendimiento y así conseguir los mejores resultados.
Los entrenadores más exigentes dedican muchas horas a pensar cómo sacar el máximo rendimiento a los esfuerzos que realizan sus jugadores. Para conseguirlo deben dotarse de materiales de entrenamiento de fútbol que estén a las alturas de las distintas situaciones por las que atraviesan su propio club en general, y su equipo en particular. Si bien es cierto, es que a la hora de plantearse unos objetivos primero se ha de analizar las condiciones de cada jugador, tales como la condición física, actitudes y aptitudes. A partir de aquí deben plantearse cómo quieren desarrollar sus sesiones, tomando decisiones variables e importantes como cuántos días se van a realizar los entrenamientos, cuántos días al mes se va a dedicar a perfeccionar la táctica del equipo, qué sesiones van a enfocar a mejorar el físico, o cuántas sesiones debe realizar el portero independiente de su grupo. Una vez analizado todo esto y con las bases bien sentadas, cualquier entrenador se prepara sesiones en las que mejorar las capacidades físicas básicas de sus jugadores, que son:
Es la capacidad física básica que más se trabaja. Cualquier pretemporada de fútbol se inicia con el objetivo de mejorarla lo antes posible. Tener una buena resistencia en fútbol puede ser determinante, y en muchas ocasiones ha sido consecuencia de que grandes equipos se hayan visto perjudicados por no estar a la altura de su adversario en este sentido, y por lo tanto caer derrotado. La resistencia nos deja entrever quiénes son los que están mejor preparados físicamente para una competición exigente y larga. Para trabajarla hay infinidad de ejercicios y combinaciones, sin embargo la mayoría de los jugadores coinciden en que prefieren trabajarla en compañía del balón, ya que los ejercicios físicos en los que interviene éste se hacen más a menos. No obstante, la elaboración de circuitos de conos, vallas, picas, alternándose con farleck en los que se varía la intensidad, además de la carrera continua suelen estar a la orden del día.
Esta capacidad física suele tener preocupados a muchos jugadores. Querer ganar fuerza y saber hacerlo en el momento y en las condiciones adecuadas es fundamental. Disponer de unos cuádriceps fuertes, isquiotibiales, psoas ilíaco, femorales o gemelos presenta grandes beneficios que oscilan entre lograr un lanzamiento potente, hasta evitar importantes lesiones musculares que pueden tener apartados del terreno de juego a los futbolistas durante periodos muy prolongados. En los entrenamientos de fútbol base se suelen hacer sesiones de pesas en el propio gimnasio del club, pero también se aplican otros materiales como el trineo de entrenamiento, balones medicinales, circuitos de pesas en el exterior, ejercicios en excéntrico con el cinturón ruso, incluso sesiones en los que se combina la fuera y la velocidad, que dan como resultado la potencia. Ésta última se trabaja por muchos entrenadores a través de métodos pliométricos, aplicando saltos: existe la pliometría baja, en la que predominan los entrenamientos con escaleras y aros, y pliometría media y alta donde la altura de las vallas es considerable. Por último, también se debe señalar que los ejercicios de cuestas son muy aconsejables, ya sea en pretemporada, o en semanas en las que ya han dado comienzo la competición liguera.
El entrenamiento de velocidad en fútbol cobra un protagonismo señalado. Cualquier jugador que destaca por su velocidad tiene muchas papeletas para marcar la diferencia frente a sus rivales, es más, grandes jugadores de fútbol han llegado a la élite por tener muy desarrollada esta capacidad física. Por ello es otra de las capacidades físicas básicas que quieren mejorar tanto los deportistas como el propio entrenador. Existen algunos mitos sobre la imposibilidad de mejorarla, sin embargo esto no es correcto. A través de la constancia en los entrenamientos, serán los propios jugadores quienes sientan mejorías inmediatas. Para trabajar la velocidad en sus sesiones los entrenadores pueden optar por la variedad de ejercicios, alternando el hecho de mejorar la velocidad de reacción con la de traslación. Aquí exponemos algunos ejercicios que se pueden aplicar: los jugadores se sientan de espaldas, y al grito de ¡ya! deben darse la vuelta y correr hasta sobrepasar una zona delimitada; este mismo ejercicio alternando juegos como estar tumbados, con las rodillas en el suelo, etc. Por otro lado, y para potenciar la velocidad de traslación podemos practicar la técnica de carrera, con materiales como vallas, en las que para poder saltarla debes estar concentrado en la zancada. También se pueden realizar ejercicios de skipping, sprints de distintos metros, así como ejercicios de aceleración explosiva.
La flexibilidad suele ser una de las capacidades básicas más olvidadas por los entrenadores, y menos valoradas por los propios futbolistas. Esto es un gran error. Hay que ser conscientes de que una buena flexibilidad nos evitará sufrir gran cantidad de lesiones. Además, uno de los problemas con los que se topan los entrenadores de fútbol a la hora de trabajarla es que los propios jugadores se aburren en los ejercicios que se plantean para practicarla. Pero tenemos la solución: existen gran cantidad de actividades divertidas que motivarán a tus jugadores. Estas son algunas: poneros por parejas e iniciar circuitos de estiramientos asistidos con compañeros, intentar mejorar vuestra propia marca y poneros retos personales, al finalizar los ejercicios veréis los beneficios inmediatos. Además, si eres entrenador de fútbol, una buena táctica es recordarles a tus jugadores que estiren tanto al inicio de cada sesión, como en períodos en que se detengan los entrenamientos porque vas a explicar algunas cuestiones. Es más, opta por finalizar las sesiones con ejercicios de estiramiento durante siete u ocho minutos.
El entrenamiento de la coordinación en fútbol es uno de los favoritos debido a la diversión que trae consigo. Dota a cada jugador de tu equipo de dos balones e intenta que bote el balón con la mano derecha a la vez que conduce otro esférico con el pie; prepara un circuito de conos y que mientras los esquivan con un balón en los pies se lancen ellos mismos otro con la mano; organiza rondos con tres balones; coloca por parejas a tu equipo y que se vayan lanzando el balón a los pies y a las manos, alternativamente. Esta capacidad física básica se verá enormemente potenciada y mejorada, consiguiendo futbolistas enormemente coordinados.
Son muchos entrenadores de fútbol los que ignoran el equilibrio, sin embargo no olvidemos que para conseguir jugadores competentes hay que tener en cuenta que se deben mejorar todos los aspectos físicos. Es importante señalar que existen distintos tipos de equilibrios: estático, dinámico, y centro de gravedad. Cada uno se mejora a partir de ejercicios distintos. Algunas opciones para aplicar en tus sesiones de entrenamiento son estas: elabora circuitos colocando aros en distintas direcciones y sentidos para que tus jugadores vayan alternando las piernas para lograr pisar dentro de éstos, evitando tocar los extremos; organiza carreras de relevos en grupos en las que tengan que transportar algún objeto en la cabeza con el objetivo de que no caiga, o dispón a tus jugadores por parejas y busca varias posiciones de equilibrio en donde haya el menor número de apoyos posibles. Trabajar el equilibrio será enormemente divertido, tanto para ti como para tus jugadores.
Antes de centrarnos en el entrenamiento de agilidad, debemos señalar que consiste en la habilidad de coordinar de forma eficiente el cambio de posición del cuerpo. Esta capacidad evita gran cantidad de lesiones, ya que ejercitándose se obtiene el control del propio cuerpo. Para mejorarla es aconsejable elaborar entrenamiento con escaleras, en las que por parejas los jugadores deben alternar sus piernas con pequeños saltos evitando pisarla, así como sesiones elaboradas a partir de circuitos compuestos por filas de aros. El entrenamiento de la agilidad es una de las sesiones más divertidas, debido al enorme material del que se dispone para perfeccionarla, así como la gran variedad de ejercicios.
Una vez has trabajo todas las capacidades físicas básicas no olvides que lo que más le gusta a tus jugadores son disputar partidos, por eso organiza uno que ponga punto y final a las sesiones: divide el campo, haz dos equipos y coloca porterías pequeñas para que tus jugadores afinen la puntería. De este modo habrás puesto el broche de oro a tus sesiones consiguiendo que el buen ambiente y las risas sean las protagonistas de vuestros esfuerzos físicos.
