Llegar a ser un buen profesional del arbitraje en el baloncesto no es tarea fácil aunque tampoco imposible
Constituirse como un buen árbitro de baloncesto supone un objetivo cuyas vastas pretensiones obliga a trabajar de forma sistemática e individualizada, entendiendo dicho trabajo como el desarrollo de una serie de aptitudes que comprende desde aquellas de carácter general impuestas por las exigencias propias del juego hasta las estrictamente personales relacionadas con la naturaleza del árbitro como ser humano.
